Ford S-Max 2014, la próxima generación ya nos muestra su aspecto

Ford es una de las marcas que presenta sus futuros modelos con más anticipación; así lo hizo con los Fiesta, Kuga o Mondeo que se venden en la actualidad y que la firma norteamericana presentó como concepts casi un par de años antes de su comercialización. Ahora, vuelve a hacer lo mismo.

Y lo hace para mostrarnos cómo será la próxima generación de su monovolumen deportivo: el S-Max. Un modelo cuya primera generación se presentó en 2006 y que supuso un cambio importante en lo que, hasta ese momento, eran los monovolúmenes de gran tamaño. De hecho, aquel S-Max era un coche grande, con sus siete plazas, sus más de 4,8 m de largo, su notable modularidad interior… Sin embargo, por diseño, conducción, reducida altura y puesto de mando, la sensación que se tenía al verlo y, sobre todo, conducirlo, era que estábamos al volante de una berlina con carrocería familiar. La segunda generación seguirá por el mismo camino, si bien es cierto que desde ahora hasta que llegue a los concesionarios de Ford pasará, al menos, un año. En ese tiempo, se tendrá que presentar la variante definitiva del coche (de apareiencia prácticamente idéntica a la del concept que aparece en las fotos), algo que debería suceder el próximo verano, luego se darán a conocer todos los detalles del modelo y, finalmente, hacia otoño de 2014 se realizará la presentación dinámica para los medios de comunicación y se pondrá a la venta en la recta final del próximo año.

Centrándonos en el S-Max Concept que se exhibirá este mes de septiembre en el inminente Salón de Frankfurt, en realidad su diseño exterior (aunque muy atractivo y llamativo) no resulta tan sorprendente como su predecesor; por un lado, porque los rasgos básicos y proporciones se mantienen y, por otro, porque lo que más evoluciona, que es el frontal, ya se ha visto con anterioridad en los Focus, Fiesta y en la próxima generación del Mondeo. Con todo, parece que el coche ha ganado en elegancia y no faltan nuevos elementos muy de moda, como las luces delanteras compuestas de leds y el parabrisas panorámico. Eso sí, los «afilados» retrovisores (demasiado pequeños y poco prácticos) no llegarán al modelo definitivo, así como las ventanillas sin marco.

Los pulsadores de la climatización recuerdan a los de los modelos de Volvo.

En cuanto al interior, hay un notable cambio en el salpicadero; ahora tiene una apariencia más simplificada, hay menos botones y mandos, y el protagonismo recae en una generosa pantalla táctil situada en la parte superior de la consola central. Dicha pantalla, además, cuenta con una tecnología que permite que conductor y pasajero puedan ver en ella distintas imágenes al mismo tiempo. Por lo demás, destaca que las versiones automáticas sustituirán la clásica palanca por un mando giratorio (solución que, como la de la pantalla, ya las hemos visto en los Range Rover o Jaguar). El coche también tendrán una imagen más lujosa, con la posibilidad de incluir un tapizado integral de cuero; sin embargo en lo que Ford hace más énfasis es en la mejora del equipamiento tecnológico. Y es que este concept (y casi con total seguridad el S-Max definitivo, ya sea de serie en opción) puede incluir sistemas como el que permite manejar funciones y aplicaciones de nuestro smartphone desde órdenes vocales, el dispotivo que es capaz de detectar circulando a baja velocidad un posible riesgo de atropello a peatones y frenar el coche, un aparcamiento automático de última generación que estaciona en línea o batería y que nos advierte también cuando estamos desaparcando si se aproxima algún coche por la vía, una red wifi para que los pasajeros dispongan de Internet, una toma de conexión en las plazas traseras para tablets…

Aunque estos sistemas son muy avanzados, resultan bastante familiares de otros coches del mercado; sin embargo, este S-Max propone dos primicias muy llamativas; por un lado, un asiento del conductor capaz de registrar las pulsaciones y ritmo cardíaco de quien conduce; incluso en caso de que registre una actividad inusual será capaz de ponerse en contacto con un centro médico para ponerle en sobreaviso o activar los sistemas de seguridad por si se produce una emergencia. Por otro lado, otra tecnología podrá medir los niveles de glucosa; según Ford, este sistema «podría alertar a los padres si un niño está durmiendo en el asiento trasero y sufre un ataque de diabetes». También es bastante novedosos y avanzado el dispositivo que permite al coche «hablar» con otros vehículos que lleven una tecnología parecida para informar de posibles incidencias en la carretera, como un coche parado en medio de un carril o de otro que circule en sentido contrario. Por último, en lo relacionado con la habitabilidad, el Ford mantendrá la posibilidad de incluir hasta siete plazas, siendo las dos últimas dos asientos escamoteables bajo el piso del maletero con un sencillo y único movimiento de la mano.

Se mantienen las puertas traseras de apertura convencional.

De la pate mecánica, de momento, no se saben muchas cosas; sí que se anuncia que en la gama del vehículo habrá hueco para un pequeño motor 1.5 de gasolina… que gracias a la ayuda del turbo desarrollará 170 CV; este motor ya ha sido anunciado también para la próxima generación de la berlina Mondeo. El S-Max definitivo también es probable que siga contando con los eficientes y actualizados 2.0 diesel, en versiones con uno y dos turbos; cualquiera de ellos se podrá combinar con un cambio manual de seis marchas y con una caja automática de doble embrague.

Por último, recordar que este modelo, así como las próximas generaciones del Galaxy (basado en el S-Max, pero de apariencia más clásica y con mayor espacio interior) y del Mondeo se ensamblarán en la planta valenciana de Almussafes. Cuando se ponga a la venta, nuestro protagonista debería mantener unas tarifas similares a las de su vigente antecesor, es decir, que podría partir desde los 30.000 euros, sin incluir posibles descuentos.